sábado, 28 de enero de 2023

¿En qué puedo ayudar?

   A menudo nos topamos con la situación de que alguien a quien queremos pasa un mal día o una mala temporada o una mala situación.

   Y cuando los que queremos están mal, nosotros también, porque cuando quieres a alguien, deseas lo mejor para esa persona. Y nos metemos a intentar ayudar, a hacer ver las cosas desde otro punto de vista, a solucionar el problema a nuestra manera….y quizá eso no sea lo mejor…

   Hay una serie, “New Amsterdam” en la que la actitud del nuevo director médico del hospital me encanta. Su frase es: “¿En qué puedo ayudar?” Y es que muchas veces nos ponemos a actuar según nuestro criterio y el de la otra persona puede ser diferente. Así que quizá, cuando vemos que alguien lo está pasando mal, sea mejor decirle: “¿Te quieres desahogar o te quieres distraer?”. Y, simplemente estar y que sepa que estás.



   Muchas veces cometo la equivocación, en mi ánimo de ser optimista, de comparar mi problema con otros problemas mayores (siempre los hay). A mí puede funcionarme pero al que tengo a mi lado, quizá no.

   Así que mi conclusión de hoy es evitar frases de este tipo:

  No le des tantas vueltas, hay gente que está peor, saca lo positivo, quítale importancia, tienes mucha suerte de todo y esto es una tontería, esfuérzate y lo conseguirás, el tiempo lo curará, etc. No hay que minimizar ni exagerar el problema, ni tampoco juzgar. Ni consejos ni lecciones.

   Y cambiarlas por:

   Cuentas conmigo, aquí estoy para lo que necesites, yo te acompaño, no estás solo, normal que estés así con lo que te está pasando, qué rabia que te esté pasando todo esto, ¿qué puedo hacer por ti?….

   Y acompañarlas de un abrazo si la otra persona quiere, de una caricia o contacto físico siempre y cuando lo acepten, sin forzar, respetando el ritmo y las necesidades del otro, dando espacio.

   El otro día alguien me dijo una frase muy parecida a: “Dentro de las cosas menos importantes, ésta es de las más importantes”. Y es que hay cosas que aunque no sean vitales, pueden afectar mucho al estado de ánimo. Por ello, hay que intentar relativizar pero sin quitar importancia.

   Creo que todo lo que he intentado expresar, queda clarísimo en este fragmento del libro “Winnie the Pooh” de A.A. Milne & E.H. Shepard.:

“Hoy fue un día difícil”, dijo Pooh.

Hubo una pausa.

- “¿Quieres hablar de ello?”, preguntó Piglet.

- “No”, dijo Pooh después de un rato. “No, creo que no

quiero”.

- “Está bien”, dijo Piglet y se sentó junto a su amigo.

- “¿Qué estás haciendo?”, preguntó Pooh.

- “Nada realmente-dijo Piglet- solo sé cómo son los días difíciles. A menudo tampoco tengo ganas de hablar de ello en mis días difíciles.

Sin embargo, -continuó Piglet- los días difíciles son mucho más fáciles cuando sabes que tienes a alguien ahí para ti. Y yo siempre estaré ahí para ti, Pooh”.

Y mientras Pooh permanecía ahí sentado, dando vueltas en su cabeza acerca de su Día Difícil, el confiable Piglet sentado junto a él en silencio, solo balanceaba sus pequeñas patas...

Pooh pensó que su mejor amigo nunca había tenido más razón como en ese día.

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario